¿Qué me llevo para un viaje en el tiempo?
El viaje en el tiempo constituye una materia científica de estudio para la que no se han encontrado todavía explicaciones satisfactorias. Es probable que sea este el motivo por el cual, el tiempo y el inescrutable misterio y fascinación que encierra la posibilidad de volver a otras épocas, es utilizado en el género de la ciencia-ficción con bastante asiduidad, llegando a constituir todo un subgénero como la Time Opera

Especular con la posibilidad de viajar al pasado genera todo un abanico de posibilidades no cubiertas por la ciencia. Por este motivo es posible crear historias sin caer ―en principio― en graves errores científicos, ya que no se tiene certeza en este ámbito cultural, de lo que realmente ocurriría en caso de que fuera posible regresar al pasado, y se llevara a cabo tal hazaña.

En las obras de este género, las concesiones científicas que nuestros queridos escritores han de utilizar para mantener la coherencia ―además naturalmente de la propia que toda obra literaria ha de tener― y tratar de esquivar las limitaciones impuestas por lo que la ciencia conoce hasta ahora, están relacionadas principalmente con dos aspectos:

La flecha del tiempo 

Con esta expresión se pretende realzar el teórico carácter de irreversibilidad del tiempo, con la idea de que la «flecha», solo puede viajar en una dirección. El principio básico en el que se basan algunos científicos y divulgadores como Paul Davies, Stephen Hawking o Roger Penrose para explicar la posibilidad de que esto sea así es el de la Termodinámica, en concreto, su Segunda Ley:
La cantidad de entropía de cualquier sistema aislado termodinámicamente tiende a incrementarse con el tiempo, hasta alcanzar un valor máximo

Receación gráfica de una supuesta forma de atraversar el «espacio-tiempo» Según este principio físico, la entropía o nivel de desorganización en un sistema dado solo puede aumentar, salvo acción externa. Por este motivo a priori, si se considera el sistema formado por el universo mismo, sólo puede aumentar, ya que el esperar una acción «externa» al mismo entraña el considerar otros problemas no resueltos como agujeros negros y otro tipo de fenómenos. Aunque afortunadamente, estos si pueden ser útiles para nuestro propósito: justificar una violación de la física en una obra de ciencia-ficción.

Un «condensador de fluzo», conocido por su aparición en la trilogía de «Regreso al Futuro» Si la entropía a nivel universal sólo puede ir en una dirección, entonces dicha situación marca un antes y después ―nunca mejor dicho― en todo escenario dado, con lo que para un viaje en el tiempo hacía otra época ―anterior― en nuestro universo, sería necesario que la entropía disminuyese, en todo el mismo. Tal vez sea por esto por lo que los viajes realizados fuera del universo cruzando agujeros de gusano o a través del hiperespacio, son algunos de los recursos empleados por los autores para salvar el «engorroso y molesto» detalle de las leyes de la física y poder continuar con los relatos, utilizándose para ello todo tipo de artefactos, desde naves espaciales, máquinas del tiempo, hasta el maravilloso y genial condensador de fluzo (Regreso al Futuro, 1985).

Un caso especial sería la Puerta Estelar (Stargate, 1994), de la franquicia cinematográfica y televisiva con el mismo nombre. En esta serie, es utilizada para realizar viajes instantáneos en el espacio, pero en muy pocas ocasiones se ha utilizado para hacerlo a través del tiempo. Ya puestos, nada les habría impedido considerar más a menudo esta posibilidad, al fin y al cabo tan solo es una dimensión más. Claro que el aumento tremendo de complejidad del guión hubiera sido un grave escollo dado el nivel de «profundidad» que los guionistas de esta serie decidieron darle. Y la cosa no está como para ir jugando.

Una «Stargate» particular, compuesta por piezas de «Lego»

Paradojas temporales

El otro problema al que hay que enfrentarse en las obras de nuestro género preferido, y que al mismo tiempo sirve de fuente para no pocos guiones y argumentos literarios, es el de la Paradoja del viaje en el tiempo en la Ciencia-Ficción.

¿Que ocurre si viajas atrás en el tiempo y matas a tu abuelo? esta es la pregunta planteada en la citada paradoja. Dejando aparte la cuestión de que seguramente si cualquiera de nosotros pudiera ir atrás en el tiempo tendría cosas mucho más interesantes para hacer que semejante cometido, lo cierto es que el que una entidad como es en este caso una persona, aparezca de pronto en un escenario rompiendo la línea temporal normal por el mero e inevitable hecho de interactuar con su entorno, parece claro que ha de provocar unas alteraciones cuyo alcance es difícilmente evaluable, pero que intuitivamente se deduce que cuanto más atrás en el tiempo serán mayores al existir un mayor número de sucesos posteriores que dependen de ese momento dado (El Sonido del Trueno, 2005). Además, si estas alteraciones afectan a la causa que las origina, es cuando se producen las paradojas o los conocidos bucles espacio-temporales. Algo así como la Pantera Rosa absorbiéndose a si misma y al aspirador con el que lo hace.

Sin ir más lejos, si en lugar de su abuelo es su bisabuelo el objeto del homicidio, no solo resultaría igualmente afectado al provocar la paradoja, también lo sería su abuelo el cuál ya no podría ser objeto de su criminalidad, y toda la línea genealógica se vería afectada. Las consecuencias o efectos de la paradoja son los que marcan las diferencias en cuanto a la solución empleada para permitirla. Estas se basan en que si el universo en la línea temporal del causante de las alteraciones no puede ser el mismo debido a que estas le afectan hasta el punto de no poder realizarlas, o bien se crea una nueva línea temporal, o bien la acción transcurre en un universo paralelo, o realmente lo que se está gestando es un futuro distinto ―al viajar al pasado, modificas tu propio futuro (Regreso al Futuro II, 1989)―. En algunos casos se recurre a la imposibilidad de viajar físicamente al pasado, de forma que los crononautas aparecen en forma de espectros incapaces de interactuar con su entorno e invisibles a los ojos de los habitantes del pasado.

Otra opción, que salva la opinión de algunos investigadores como el ya citado Stephen Hawkins que piensa que el viaje en el tiempo no es posible debido a estas paradojas, es considerar que estas no pueden suceder. De alguna forma, las leyes físicas o de la naturaleza, modifican las condiciones para que no se creen sucesos imposibles o que invaliden la causa que las origina. Esta opción llamada en la Wikipedia Conjetura de protección cronológica o de la autoconsistencia, es la utilizada en El Fin de la Eternidad (Isaac Asimov, 1955), en donde el protagonista vive una situación en la que presencia como podría haberse dado la paradoja pero... bueno, mejor es que ustedes mismos lo comprueben leyendo la obra.


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No se puede pasar por alto en el mundo de la Ciencia-Ficción escrita en español, y porque no vamos a decirlo, en la Ciencia-Ficción internacional, una obra como la Saga de los Aznar (no me refiero a este). Su autor es Pascual Enguídanos, un afable y sencillo valenciano de Liria (Lliria, en su idioma local), que decidió utilizar el seudónimo George H. White pensando que un nombre anglosajón le daría una mayor prestancia, conociendo los prejuicios del público español —sobre todo en los años 50—. Es tal la importancia de esta saga dentro de la literatura del género que recibió el galardón de la mejor saga europea de Ciencia-Ficción en la Eurocon de Bruselas de 1978. Además, su autor recibió el Premio Ignotus por su labor y la Saga de los Aznar fue llevada al cómic en dos ocasiones, siendo el equivalente español al Flash Gordon norteamericano.

Una de las portadas de la saga con el estilo «pulp» de la épocaflash_gordon_portada_pulp_cómic

Esta importancia es debida seguramente a varias cosas: además de constituir todo un universo con tecnología propia, planetas, razas y culturas alienígenas, etc, es precursora en gran parte de algunos de los más conocidos clichés de la Ciencia-Ficción, incluso adelantándose a tecnologías por descubrir en la época en la que Don Pascual escribió su obra.

El escritor valenciano «Pascual Enguidanos Usach»
Pascual Enguídanos Usach
Por ejemplo, antes incluso de que se desarrollara en la práctica el láser, el Sr. Enguídanos nos describe un tipo de haz de energía utilizado —como no— en armas, llamado de luz sólida. Este tipo de haz, sería el equivalente al rayo de materia —con algunos matices distintos— que Arthur C. Clarke utilizaría años después en uno de sus relatos (Claro de Tierra, 1977). No es la anticipación la única particularidad de la luz sólida, sino también la correcta aplicación de las leyes de la física (acción y reacción) al considerar estos haces sólidos como estupendos propulsores de las naves estelares que se verán a continuación.

Portada del nº ¡Luz Sólida!

Antes de que se estrenara La Guerra de Las Galaxias con su conocida Estrella de la Muerte, Don Pascual imagino lo que dio en denominar un autoplaneta. Dicho imaginario ingenio consiste en una enorme nave espacial de forma esférica, constituyéndose en todo un planeta autónomo. El primer autoplaneta consistía en un planetoide adaptado al transporte de seres humanos por el espacio, y expulsado de su órbita primigenia, al que bautizó con el nombre de Valera. Sería El Rayo el primer ingenio construido completamente desde cero como autoplaneta. No es necesario evidenciar más sus similitudes con el diseño de la posterior famosa arma de destrucción masiva de George Lucas.

La Estrella de la MuerteAutoplaneta «El Rayo»


Esta nave espacial gigante representa otra más de las características de esta obra del Sr. Enguídanos: su carácter trans-generacional. Son pocas las obras que narran las peripecias de sus protagonistas de generación en generación, esta es una de ellas —otra sería la serie galáctica de Gregory Benford—. Para desarrollar la historia en estos términos, se explora un concepto utilizado como posibilidad para realizar viajes espaciales a estrellas lejanas: los viajes interestelares generacionales. De esta forma, el citado autoplaneta Valera, se convierte en una nave que surca la galaxia y en cuyo viaje las generaciones se suceden como tripulantes. Naturalmente, como español no puedo dejar de notar que otra de las curiosidades de esta serie novelística, es que sus protagonistas también lo son, al menos inicialmente. Miguel Ángel Aznar de Soto y sus descendientes formarían un estirpe de héroes al estilo de Star Trek y La Nueva Generación, pero utilizando el idioma de Cervantes.

No es esta la única similitud con esta serie de los años 60, Star Trek. El teletransportador, utilizado en esta serie de televisión norteamericana y el cuál fue uno de sus iconos más conocidos entonces y en los años venideros, tuvo su homologo en el Karendon, un almacenador e integrador de materia, pero llevados por su autor hasta límites insospechados más allá que en la serie americana. Por ejemplo, mediante un Karendon modificado, se transforman los torpedos de las naves de guerra espaciales, en sus equivalentes de antimateria pero una vez han sido estos disparados, para así evitar el engorro y dificultad que supondría el transporte de tan peligrosa carga. En una entrevista que le realizaron, se le pregunto sobre cómo se le habían ocurrido todas estas ideas sobre la tecnología. Su contestación fue:
...me pareció que era lógico...

La mejor contestación que un creador de la Ciencia-Ficción podría dar, al más puro estilo vulcaniano.

Aunque la coincidencia del apellido de la estirpe del protagonista con la del anterior presidente del gobierno español es anecdótica, no lo es la aparición y mezcla de otro género literario hecho famoso por las novelas de Tom Clancy y su personaje Jack Ryan: la Política-Ficción. Enguídanos, aunque sucumbe finalmente ante la represión de la dictadura franquista de entonces camuflando la estructura social política existente en la obra, se atreve a plantear un escenario político mundial sorprendente. Por ejemplo, en los Estados Unidos de Norteamérica se incluyen El Canadá, y existe algo llamado Federación Ibérica formada por los países actuales pertenecientes a Iberoamérica y toda la Península Ibérica.

Portada actual de uno de los libros reeditados

En definitiva, toda una obra magnífica que lejos de perder interés, este crece con cada nuevo capítulo. Aunque se encuadra dentro de la Space Opera y serie B, el apreciable rigor científico y el tratamiento de los personajes, entre otras muchas cosas, hace que se pueda considerar como algo más por encima de esta clasificación. A buen seguro, de haber sido escrita en un país de lengua inglesa hubiera tenido una repercusión mucho mayor. Desde aquí, brindo este artículo como homenaje a este compatriota y paisano de una tierra valenciana que gracias a él junto con otros muchos, ha dado lo mejor a la literatura hispana de Ciencia-Ficción y el mundo del Cómic.

Más información:

Artículo publicado posteriormente en el portal Planetas Prohibidos el 12 de noviembre de 2010
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Hay otra Ciencia-Ficción. Otra que parece dar la razón a aquellos que la confunden con el género fantástico en general. Intentaba explicarlo, pero creo que lo mejor es ver algunos ejemplos:

La Segunda Fundación (I. Asimov)

Isaac AsimovLa Trilogía de la Fundación está considerada como una de las obras más importantes, no solo del género de la Ciencia-Ficción, sino de la literatura en general. Su autor, además de ser valorado y conocido por su labor literaria, es un divulgador científico de igualmente o mayor reconocido prestigio.

Esta obra, la Trilogía de la Fundación, más que por su calidad literaria con algunos altibajos a lo largo de la misma, destaca por su meticuloso trabajo matemático, sociológico e histórico, teniendo como tema central el supuesto científico consistente en la ficticia disciplina científica denominada psicohistoria (esta trilogía forma parte de la llamada Saga de la Fundación. También es conocida como Ciclo de Trántor o Ciclo de la Fundación).

La disciplina científica ideada por Asimov a través de su personaje Hari Seldon para la novela, es todo un fenomenal conjunto de hipótesis matemático-sociales basada en conceptos estadísticos y guardando gran relación con la teoría del caos, que aplica estas áreas de la ciencia al comportamiento de las sociedades y su evolución histórica.

Un imáginario «Hari Seldon», en una de sus apariciones novelísticasLa Fundación sobre la que gira la primera parte de la trilogía esta compuesta de enciclopedistas y documentalistas, y es en realidad una tapadera de psicohistoriadores con la misión de servir de guía a la humanidad, para acortar el periodo de desorden y barbarie en el que se va a convertir la galaxia tras la caída de su imperio, tal y como la psicohistoria predice.

Plano de la galaxia, en el universo imaginado por Isaac Asimov para su famosa trilogíaSin embargo, a pesar de todo este despliegue, I. Asimov ideó una Segunda Fundación de paradero desconocido que, a diferencia de la Primera, estaría formada por... ¡parapsicologos con poderes extrasensoriales, con la misión de llegar donde no pudieran los primeros! Para muchos, toda una sorpresa viniendo de Asimov.

Tierra Moribunda (Jack Vance)

Jack VanceJack Vance es un magnífico descriptor de sociedades humanas. Parece que la rama sobre la que giran los supuestos científicos en sus obras es la antropología. Posee igualmente una gran capacidad para imaginar seres alienígenas y sus mundos natales, tal vez basándose también en sus inquietudes sobre la misma área del conocimiento humano.

En la Saga de la Tierra Moribunda, Jack Vance nos aventura en una Tierra decadente, triste y melancólica, iluminada por un Sol anaranjado que ve como se acerca a su fase de gigante roja, en la que acabará por engullir inexorablemente el planeta. Un relato de picaresca futurista en el que la humanidad, cansada ya de investigar por una parte al ver cerca su final, por otra por no tener nada ya sobre lo que hacerlo, ha olvidado la diferencia entre la magia y la tecnología enormemente avanzada. Tercera Ley de Clarke:

«Cualquier tecnología suficientemente avanzada es indistinguible de la magia»

De esta forma, magos con poderes increíbles basados en una tecnología que no conocen, y una estética medieval y fantástica, componen una obra maravillosa que entusiasmaría a cualquier aficionado de la literatura fantástica... casi tanto como a los aficionados de la Ciencia-Ficción.

La Saga de Cugel
La Saga de Cugel


Artículo publicado posteriormente en El Sitio de ciencia-ficción el 5 de julio de 2009
Artículo publicado posteriormente en el blog de Planetas Prohibidos el 4 de febrero de 2011
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Aunque este no es un blog específico sobre cine, que duda cabe que esta forma de expresión artística o canal de comunicación, es uno de los más aporta al acervo cultural de las sociedades, para bien o para mal.

La Historia o la Literatura, no adquieren verdadera popularidad en nuestros días mientras no se haya representado algún fragmento histórico, no se haya versioneado alguna obra, o no se haya utilizado en la gran pantalla algún recurso o idea proveniente de alguno de estos otros ámbitos culturales menos conocidos o populares.

La cuestión final es que un mismo recurso, en la mayoría de ocasiones proveniente del mundo literario, una vez se utiliza con acierto en el cine por primera vez, resulta difícil hacer algo parecido posteriormente sin recordar a esa primera ocasión, y mucho más difícil resulta hacerlo mejor. Cuando esto sucede podemos decir lo siguiente: ha nacido un clásico.

En otras ocasiones, se recurre a ellos como un recurso fácil para resolver una escena, o para asegurarse un éxito mínimo entre el gran público que se supone demanda un producto determinado. Es en definitiva en estos casos, el uso de fórmulas conocidas y probadas, sin calentarse la cabeza demasiado para lograr productos aceptables. Solo en algunas ocasiones se logra un éxito mayor al reutilizar una idea. A continuación algunos ejemplos:

El Terror en la ciencia-ficción

Alien (la saga) es un referente actual en cuanto a la fusión de los géneros de terror y de Ciencia-Ficción. Situaciones similares se han utilizado posteriormente con diferentes resultados, como se explicaba anteriormente en Pitch Black, y en otras como Event Horizon. La característica principal que las distingue como obras de Ciencia-Ficción, además de simplemente el escenario futurista, es el de utilizar como adversario de los protagonistas y como generador de la angustiosa situación en la que se encontrarán, un ser cuya existencia se explica con un supuesto científico. En el último caso citado, unos experimentos con el horizonte de sucesos dan lugar a la aparición de una serie de visitas con no muy buenas intenciones (supuesto científico muy en controversia), y en los otros casos como ya sabemos, un ser alienígena.

Imágen de la película «Event Horizon» (Horizonte Final)

Sin embargo, el verdadero clásico que originó esta utilización del terror psicológico con buenos resultados en la Ciencia-Ficción es una película de serie B del año 1951, en blanco y negro y basada en una obra de J. W. Campell: El Enigma de Otro Mundo

Uno de los carteles promocionales de la película

En esta película (llamada de distinta forma según el país de habla hispana) se narran las peripecias de un grupo variopinto de personas, en una estación científica (de radar o militar, según interpretaciones) en el Ártico, al encontrar esta expedición una nave espacial extraterrestre (un platillo volante de la época) y dentro de ella a su tripulante, hasta ese momento, en estado de hibernación: The Thing (La Cosa).

Esta es «La Cosa». ¡Feo si que es, el tio!

El estudio psicológico de los personajes (el piloto de avión , el científico, etc.) y cómo se enfrentan al problema en función de sus prejuicios y creencias, es una oportunidad aprovechada en muchas obras de este género en general, y en esta en particular, para abrir debates sociológicos minimizando la posibilidad de que el espectador caiga en los prejuicios habituales, al tratarse de una situación desconocida. En este caso, la polémica gira alrededor de la ética de la investigación científica y sobre hasta que punto, y en qué prácticas, debe llegar esta. ¿Verdad que les suena de algo este dilema?

En definitiva, la mezcla de estos géneros nos proporciona un resultado mayor que la simple suma de ambos. El uso del suspense y del terror, aunado a un supuesto científico que le dota de mayor profundidad y realismo que, por ejemplo, un conde con dientes largos nacido en Transilvania, logra despertar en el espectador una sensación distinta y especial. Por lo menos a mi.

No obstante, aún siendo el resultado inolvidable cinematográficamente hablando, prima en estas producciones el apartado referente al terror o fantástico, más que el de la ciencia-ficción, siendo esta finalmente un pretexto (un magnífico pretexto) para hacer otra cosa.

Compañero de viaje «incomodo»

Una Odisea 2001 del Espacio es a la vez, una obra cumbre del cine y del género de Ciencia-Ficción. Esta sería otra de las obras que catalogaría como verdaderamente de este género, ya que prácticamente su argumento en totalidad está relacionado con el.

Uno de los tripulantes de la Discovery es el supercomputador ficticio HAL 9000, convirtiéndose gracias a la aparición en esta película, en uno de los personajes no humanos más importantes de la historia del cine, precedido tan solo por Robby el robot de Planeta Prohibido, o María de Metropolis, pero a diferencia de estos, HAL 9000 no es un robot, siendo entonces el primer ordenador que aparece como protagonista principal de una película de ciencia-ficción.

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Pero no será esta la característica a destacar de HAL 9000, sino el papel que desempeña en la película, el conflicto al que es sometido, y las consecuencias que de el se desprenden y que afectan al resto de tripulantes de la nave. Después de esta película, la presencia de un ordenador central con capacidad de comunicación oral con (¿el resto de?) la tripulación, se hizo prácticamente imprescindible en toda película de ciencia-ficción que se precie.

El archiconocido objetivo de HAL 9000, el «Gran Hermano» de «Una Odisea 2001 del Espacio»

En Alien, el octavo pasajero, se reúnen todas estas características con algunas variantes: Madre, es el computador central de la nave Nostromo. Pero no es ella/el el que ocasiona problemas, sino el médico de a bordo, en realidad un robot humanoide con instrucciones que chocan con su programación principal y que le provocan un mal funcionamiento que le delata, de forma similar al computador protagonista de Una Odisea 2001 del Espacio.

El médico «robot» de la primera película de la saga de Alien, tras ser descubierto y presentar «anomalías»

También en Aliens, el regreso, aparece otro robot humaniforme, mencionando además a otro gran clásico de toda la Ciencia-Ficción originario de la literatura: las Leyes de la Robótica, de Isaac Asimov.

«Bishop», el androide de la segunda película de la saga, esta vez, de confianza gracias a las Leyes de la Robótica.

Este androide llamado Bishop, establece una relación con Ripley claramente inspirada en las que R. Daneel Olivaw, el robot de la Saga de la Fundación (de I. Asimov) establece con sus compañeros humanos, en cuanto a amistad y cooperación.

Los aliados contra la super-fortaleza

La 2ª Guerra Mundial significó un antes y después en las sociedades de los países de todo el planeta, como ya sabemos. El cine no ha sido ajeno a esta circunstancia, y menos aún el de los países que participaron en dicho conflicto.

El famoso Día D de Normandía, nos lo recuerdan una y otra vez los productores de los EUA. En Star Wars nos presentan un versión espacial de la batalla final decisiva (Batalla de Yavin), siendo este uno de los momentos estelares (nunca mejor dicho) de toda la saga galáctica.

Grupo de cazas «X» preparandose para librar la batalla decisiva en la órbita de la luna «Yavin»

En Independence Day parecen inspirarse en esta secuencia, al utilizar una estética muy similar para ambientar el desesperado intento final para acabar con las naves invasoras. Es más, cuando David Levinson (Jeff Goldblum) y el Capitán Steven 'Steve' Hiller (Will Smith) logran introducirse en la nave nodriza a bordo de una aeronave extraterrestre, recuerda poderosamente al preludio de la Batalla de Endor, cuando un grupo de rebeldes logra introducirse en la 2ª Estrella de la Muerte a bordo de una Lanzadera Imperial modelo Tydirium. Así mismo, en ambas peliculas, tras desactivar el escudo protector, una astronave coloca un fuerte explosivo en el corazón de las principales naves enemigas, resultando unas escenas de escape muy similares.

Fuerzas aliadas terrestres a punto de enfrentarse con las naves invasores extraterrestres. Imágen extraída de la película «Independence Day»

Creación de universos

Pero tal vez lo que realmente supuso Star Wars, fué la creación de un universo de posibilidades completo, donde cada uno podía situarse e inventar su propia historia. Todo un mercado adicional de productos, aumentaron la influencia y la sugestión en el público. Tal fué el éxito, que estimulo el surgir de otras sagas cinematográficas que conformarían sus propios universos, y puede que también de lo que se llamaría posteriormente franquicias cinematográficas, como la de Star Trek, una de las más famosas. Otros universos creados a imagen y semejanza, son Galactica: Estrella de Combate, Babylon 5, o incluso también Stargate.

De todo esto, hablaremos otro día


Artículo publicado posteriormente en Planetas Prohibidos el 24 de diciembre de 2010
Artículo publicado posteriormente en El Sitio de ciencia-ficción el 4 de diciembre de 2011
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Es posible que a algunas personas entusiastas aficionadas de la ciencia-ficción encuentren extraño que sea la película Pitch Black (David Twohy, 2000) la primera en aparecer en su sección correspondiente. Más extraño les parecerá si comento que esta es una de las pocas que la calificaría dentro del género al que va dedicado esta bitácora.

Poster película 'Pitch Black'

Sin embargo, tras la impresionante secuencia del aterrizaje forzoso, empecé a temer que estaba ante una peliculita de bajo presupuesto de serie B. El nulo decorado en sus inicios aparte de la nave espacial (un desierto), y el «efecto especial» de saturar de iluminación la imagen para denotar que era otro planeta con varios soles, me lo indicaban. No estaba equivocado del todo en el bajo presupuesto de la película, pero si en mi prejuicio con la serie B.

La películas de este tipo, han adquirido con el tiempo una carga de prejuicios en cierta forma injustos. Un bajo presupuesto no tiene porqué conllevar una disminución de la calidad. Esta no tiene porqué ser proporcional al número de recursos empleados, sino a la forma de utilizarlos. Es por esto que algunas veces las ideas usadas en estas películas merecen la pena, así como el esfuerzo y dedicación que le ponen los también principiantes o desconocidos (y baratos) actores.

El actor Vin Diesel (encarnando a «Riddick») saltó a la fama gracias a esta película

Naturalmente que en el género de la Ciencia-Ficción serán necesarios por regla general, un uso de las técnicas de efectos especiales mayor que en otros géneros, pero una vez más, estos no deben determinar la calidad final de una película. Ni siquiera aunque sea de Ciencia-Ficción.

Antes de pasar a hablar de la película en si, es necesario advertir que ello implicará revelar detalles de la misma, si bien procuraré no hacerlo en alguna parte fundamental. Tal vez los más puristas deseen visionarla sin ninguna idea preconcebida

La película podría dividirse en varias partes o tramas. Así mismo, al existir varias de ellas, esta producción toca varios géneros, no solo el de la Ciencia-Ficción.

Los personajes

Ya durante el aterrizaje se presenta un dilema humano: por un lado, ante la dificultad de aterrizar con una nave deteriorada y difícil de controlar, dar prioridad a salvarse a si mismo y deshacerse de uno de los módulos de la nave y con él, de parte de la tripulación. Por otro, dar prioridad a salvar a los tripulantes intentando el aterrizaje, aún ante el riesgo de no conseguirlo y morir todos en el intento. Un problema técnico es el que decide la opción final.

Riddick (Vin Diesel), uno de esos tripulantes, es un criminal muy peligroso que no cree en la humanidad por el egoísmo de las personas que la forman. El policía que le vigila, es un ejemplo de los motivos que le lleva a ser así, así como la decisión que la piloto Carolin (Radha Mitchell) y máxima autoridad por circunstancias, iba a tomar en el aterrizaje. Nadie de la tripulación conoce esta circunstancia excepto el policía William (Cole Hauser) y Riddick, tras una corta conversación en un fabuloso «bosque» de huesos, que resulta ser un cementerio de animales. 

La actriz Radha Mitchell como la piloto «Carolin Fry»

En el género que nos ocupa, es bastante habitual el presentar conflictos sociales y humanos aprovechando los escenarios futuristas y las por consiguiente, situaciones alejadas de los prejuicios cotidianos. La relación especial que surge entre la piloto Carolin y el convicto Riddick, junto con el final de la película y el efecto que produce en dicho protagonista que «muere en alguna parte de ese planeta», son sencillamente magníficos.

La situación

Esta película ha sido catalogada en ocasiones, de forma algo apresurada, dentro del subgénero cinematográfico de terror psicológico. El éxito de este subgénero del cine de terror, los prejuicios en contra del género de Ciencia-Ficción, y la ignorancia a la hora de definirlo, son en parte los culpables.

Otro factor es una cierta similitud con Alien, el octavo pasajero (Ridley Scott, 1979): la presencia de una heroína, seres alienígenas extremadamente mortíferos, que amenazan a un grupo de humanos en situación de aislamiento e inferioridad. Esta similitud que es solo superficial, es suficiente para que el gran publico considere a Pitch Black un mero exploit de aquella, aprovechando su éxito. 

Imágen frontal de uno de los depredadores nocturnos

Puede que en parte sea cierto, la lástima es que el resto de características de la película quedan algo eclipsadas, siendo bastantes y precisamente las que la definen como perteneciente a nuestro querido género cinematográfico de la Ciencia-Ficción: los supuestos científicos.

Supuestos científicos

En Alien el octavo pasajero, el peso de la película recae sobre la angustiosa situación de los tripulantes de la nave espacial, quedando el supuesto científico reducido a un factor puntual, aunque presente en toda la saga (forma de vida alienígena y parásita que requiere de un huésped orgánico para reproducirse, destruyéndolo en el proceso). Los magníficos efectos especiales y decorados hacen el resto, además de ser un hito por aparecer una heroína como protagonista.

En Pitch Black sin embargo, si bien los comienzos parecen indicar una situación angustiosa similar, a medida que avanza la película el supuesto científico se hace notar en todo momento y marca la pauta a seguir, definiendo todas las situaciones de la película. Para empezar, el escenario es ya de por si un esfuerzo inusual de los guionistas en comparación con otras producciones supuestamente «de mayor calidad»: un planeta de un sistema solar con dos soles que provoca que no exista la noche en él. La fauna del planeta y todo el ecosistema está adaptada a un ciclo marcado por la periodicidad de una alineación que causa un doble eclipse solar. Una parte de la fauna autóctona que hiberna durante el ciclo, despierta en ese momento alimentándose de toda forma vida. Estos seres son alérgicos a la luz, la cuál les provoca una reacción cutánea que les destruye por completo. Otra parte de la fauna no solo no es alérgica a la luz, sino que la emiten, siendo venenosa para la primera, asegurando su existencia. En definitiva, un ecosistema bastante completo, y en cuyo ciclo natural se ven atrapados los protagonistas, que cuando descubren en que consiste, ya es demasiado tarde.

Momentos previos al eclipse de sol

En la novela Anochecer (Isaac Asimov y Robert Silververg, 1993), ocurre algo parecido, pero con un ciclo entre eclipses de mucha mayor duración. En conclusión, si desean comprobar lo que es una película moderna con un argumento realmente de Ciencia-Ficción, no se la pierdan y decidan por ustedes mismos.


Artículo publicado posteriormente en el blog Planetas Prohibidos el 26 de noviembre de 2010
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Una de las primeras cosas que habrá que aclarar es precisamente que demonios es la Ciencia-Ficción. Por lo menos, a qué nos referimos cuando en este blog se hace mención a ella. En todo caso, será necesario distinguir entre algunas obras, ya que como veremos en algunos casos, la Ciencia-Ficción no es más que un pretexto para hacer ... otra cosa.

Este género tiene como principal característica, que su argumento principal gira alrededor de algún supuesto científico, normalmente ficticio. En la medida en la que se aleje de esta definición, empieza a entrar en algún subgénero de la Ciencia-Ficción, en algún otro género literario, o en ambas cosas. Por ejemplo, La Guerra de Las Galaxias (George Lucas, 1977), considerada dentro de la Space Opera, también puede pertenecer al género de aventuras (se le ha llegado a llamar «Western Galáctico»). En realidad, La Guerra de Las Galaxias, difícilmente se puede considerar más que de refilón, Ciencia-Ficción.

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En estos subgéneros, existen en ocasiones algunas incoherencias, que pueden ser de diversos tipos: por regla general, las propias de tipo científico y las de tipo literario. Desde un punto de vista literario, no debe tener ninguna. Desde el punto de vista científico debe tenerlas dentro de unos límites, como veremos.

Este es uno de los aspectos menos comprendidos por el público en general, el cuál, espoleado por algunas obras sobre todo series de TV, acaban confundiendo con el género de Fantasía, que no tiene nada que ver. En este género, el autor da rienda suelta a su imaginación, sin poner ningún límite, más que el de la estética que desee darle a su obra. Por ejemplo, en El Señor de Los Anillos (J. R. R. Tolkien, 1954), vemos que cuando los protagonistas se encuentran casi sin posibilidades y perdidos dentro de un bosque, los árboles de este se convierten de repente en unos perfectos aliados, pudiendo así continuar el relato. Sin pensárselo dos veces.

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Como en cualquier obra, el argumento debe ser coherente y estar bien estructurado. En el caso de la Ciencia-Ficción, esto se hace más difícil ya que según el supuesto científico en cuestión, se ha de tener algunos conocimientos sobre el tema. Es por esto que muchos escritores de este género son científicos o profesores de universidad en alguna especialidad científica.

Esto también representa un handicap. El de la calidad literaria. Uno de los tópicos habituales para menospreciar la Ciencia-Ficción es el de atribuir poca calidad al no ser «auténticos» escritores, los autores habituales de estas obras. Esto es un prejuicio, ya que la calidad literaria puede llegar a ser la misma, independientemente de la profesión del que la escribe.

En resumen, en una obra de Ciencia-Ficción pueden existir incoherencias, siempre y cuando no excedan cierto límite. Al existir un supuesto científico, el universo de alrededor no puede ser el mismo y se ha de recrear. La habilidad del autor en este campo, es lo que define la calidad de una obra de Ciencia-Ficción como tal. A estas incoherencias «permisibles» se las llama concesiones científicas. Como el avezado lector habrá deducido, el supuesto científico alrededor del cual gira el argumento de la obra, es también una concesión científica.

En El Fin De La Eternidad (Isaac Asimov, 1955), el argumento principal, así como el título, giran completamente alrededor del viaje en el tiempo, es decir, el supuesto científico de ficción. Es por lo tanto una novela plena de Ciencia-Ficción, y además como buena time opera, de aventuras y romanticismo.


Artículo publicado posteriormente en el blog Planetas Prohibidos el 22 de octubre de 2010
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El-fin-de-la-eternidad-BOLSILLO_libro_image_big El fin de la Eternidad es para mi una estupenda novela de I. Asimov. Es original en su desarrollo y conclusiones, así como en las concesiones científicas que toda buena obra de Ciencia-Ficción debe tener, estudiadas y coherentes, aún siendo ficticias. El bueno de Asimov era un experto en esto. Esta novela podría encuadrarse dentro del subgénero de la Ciencia-Ficción llamado: Time Opera. Recibe este nombre porque, al igual que la Space Opera es una obra de aventuras en el espacio, estas lo son en una trama de viajes en el tiempo.

Estas obras de la ciencia-ficción suelen estar plagadas de paradojas y sucesos de difícil explicación, que en el caso de El fin de la Eternidad quedan más que aceptablemente explicados. Es por esto principalmente, por lo que dedico esta bitácora como un sencillo homenaje a esta novela, y aprovecho para dar mi visión de la Ciencia-Ficción, la cual en España, está completamente menospreciada e incomprendida.

Isaac_Asimov

Las novelas de Asimov no han sido propicias por su complejidad para adaptaciones al cine o televisión. La última de Yo Robot (Alex Proyas, 2004) si bien aceptable, traicionaba el autentico espíritu de las fábulas robóticas de nuestro querido autor egocéntrico preferido.


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