Mucho se ha hablado de cómo deberían ser las nuevas entregas de la saga de Star Wars: de lo fácil que será mejorarlas —dado el listón tan bajo que dejó su antiguo dueño—, de si serán más o menos maduras, y cosas así. El caso es que hay mucha, muchísima expectación —o hype, como se dice ahora— de cómo será el nuevo universo creado para la franquicia. Desde que George Lucas pegara el pepinazo con el primer estreno, poco a poco ha ido destrozando su propia creación poniendo a todos los seguidores de la saga original en su contra. Una discusión que se viene teniendo desde que aparecieran personajes como Jar-Jar Binks, es hasta qué punto este universo en cuya creación han participado numerosos artistas y se ha visto realimentado por los aficionados, está o no por encima de los derechos de autor de su productor y director original. A pesar de todo, Star Wars ha ido aumentando el número de seguidores incondicionales convirtiéndose en un auténtico fenómeno cultural.
El anuncio hace ya unos años de la venta de la productora de George Lucas a Disney, vino acompañado de la noticia de la continuación de la Saga de Star Wars, uno de los eventos cinematográficos más esperados de las últimas décadas.
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En este contexto, se acomete un fascinante proyecto artístico al tener la oportunidad y la responsabilidad de reconducir un fenómeno cultural de masas por un camino que evite todos los problemas en los que Lucas se fue metiendo con su creación. En el aspecto comercial, han de transmitir confianza en este sentido para que el público tenga la sensación de que no se van a ver defraudados, y al mismo tiempo, alimentar el ansia por conocer las nuevas particularidades del famoso universo de la galaxia muy, muy lejana, con el suficiente material para discutir, criticar, alabar, en definitiva, hablar de él.
En este sentido el trailer de Star Wars lo ha conseguido con creces, introduciendo en casi todas las escenas nuevos elementos que rompen con lo visto hasta ahora, desconcertando en algunos casos, y provocando todo tipo de reacciones y especulaciones variopintas, sin esperar tan siquiera a conocer el guión y saber de qué va la cosa realmente.
La nostalgia
el Episodio VII tratará sobre una nueva generación, "no sobre nosotros".
—Mark Hamill
El tirón nostálgico lo tienen asegurado con el reclamo y apelación a la nostalgia de la participación de los actores originales. Por tanto, ¿es necesario dar ya a conocer sus personajes? Evidentemente no. Este recurso se lo guardan hasta que lo estimen oportuno. De momento, se filtran borradores de su aspecto con cuenta-gotas. La única concesión en este sentido es la aparición del mítico Halcón Milenario, configurándose en esta etapa promocional como la conexión principal con la saga clásica, aunque con algunos cambios observables como la antena o el aspecto de los motores.
Lo nuevo
Mientras se filtran detalles sobre el aspecto que tendrán los personajes clásicos en la nueva entrega del universo de Star Wars por parte de J.J. Abrams, la promoción oficial se ha de dedicar a alimentar a todo ese conjunto de aficionados que quiere ver su universo lejano corregido y mejorado. Naturalmente, cada uno tiene su visión de las cosas, por lo tanto, lo que se ha de mostrar son aspectos inéditos en el universo de Star Wars. De esta forma, sea cuál sea la postura de cada uno sobre lo que era lo necesario o mejorable en el trabajo de George Lucas, el debate estará asegurado y con el, gran parte de la promoción extra de la franquicia.
No creo que la comunidad de aficionados de Star Wars sea ni más ni menos racista que otras. Sin embargo, de lo que si se puede estar seguro es que el ámbito cultural que más influencia tiene en su concepción es el anglosajón, y dentro de este, el público de los EEUU. Tras los casos de Nick Furia —interpretado por Samuel L. Jackson en Los Vengadores—, el Capitán América y el nuevo Spiderman en los cómics, o la Antorcha Humana —Michael B. Jordan— en la nueva adaptación de Los 4 Fantásticos (Josh Trank, 2015) parece claro que este es un tema que da para hablar.
De esta manera se presentan las esperadas primeras imágenes que tenemos por fin de la franquicia: un actor de raza negra —John Boyega— enfundado en una armadura de Stormtrooper —tropa de asalto— irrumpe repentinamente desde la parte inferior de la pantalla. Esto ha desconcertado por dos motivos: además de por resultar inesperado ver a una persona de este color de piel alistada en las tropas del «enemigo» —supongo que sería como ver a alguien de raza negra con uniforme de soldado nazi—, también porque los aficionados más jóvenes esperaban ver a un clon de Jango Fett, desconociendo que las tropas del Imperio sólo son clones precisamente en la guerra de la que toma este nombre: Las Guerras Clon. La cuestión es que no se conoce cuál es el motivo por el que hay un soldado imperial perdido en el desierto, con aspecto sudoroso y preocupado. A pesar de todo, mucha gente lo da por hecho.
¿Que sería de Star Wars si no hubiera un robotito haciendo gracias? George Lucas no tuvo mayor ocurrencia que utilizar de nuevo a C3PO y R2D2, aunque fuera a costa de destrozar el argumento de las precuelas. Una vez más, había que dar alguna alternativa a los aficionados y sacar de donde sea un robot gracioso y simpático nuevo. ¿Había alguna forma geométrica que no había sido utilizada para un robot en Star Wars? Sí, al menos una: una pelota. Pues bien, ya está con nosotros BB-8, un nuevo robot con forma de balón de soccer —como le llaman al fútbol en EEUU— destinado a ser reproducido millones de veces en forma de juguetito.
Otro de los iniciales aciertos de George Lucas fue la estética escogida para las tropas del imperio. El uso del blanco —característico de su ópera prima THX—, y ese aspecto amenazador de cráneo futurista, han logrado que este sea uno de los iconos más reconocibles del universo de la franquicia galáctica. En esta ocasión apenas dejan ver entre destellos luminosos, a los nuevos y flamantes cascos de las famosas tropas imperiales, en lo que parece el típico caso de insinuar pero no mostrar, para que la curiosidad sea mayor. Por si queda alguna duda del deseo de anunciar todas las novedades posibles, se ha filtrado la noticia de que también veremos a una mujer entre las tropas.
Removiendo prejuicios raciales
No creo que la comunidad de aficionados de Star Wars sea ni más ni menos racista que otras. Sin embargo, de lo que si se puede estar seguro es que el ámbito cultural que más influencia tiene en su concepción es el anglosajón, y dentro de este, el público de los EEUU. Tras los casos de Nick Furia —interpretado por Samuel L. Jackson en Los Vengadores—, el Capitán América y el nuevo Spiderman en los cómics, o la Antorcha Humana —Michael B. Jordan— en la nueva adaptación de Los 4 Fantásticos (Josh Trank, 2015) parece claro que este es un tema que da para hablar.
De esta manera se presentan las esperadas primeras imágenes que tenemos por fin de la franquicia: un actor de raza negra —John Boyega— enfundado en una armadura de Stormtrooper —tropa de asalto— irrumpe repentinamente desde la parte inferior de la pantalla. Esto ha desconcertado por dos motivos: además de por resultar inesperado ver a una persona de este color de piel alistada en las tropas del «enemigo» —supongo que sería como ver a alguien de raza negra con uniforme de soldado nazi—, también porque los aficionados más jóvenes esperaban ver a un clon de Jango Fett, desconociendo que las tropas del Imperio sólo son clones precisamente en la guerra de la que toma este nombre: Las Guerras Clon. La cuestión es que no se conoce cuál es el motivo por el que hay un soldado imperial perdido en el desierto, con aspecto sudoroso y preocupado. A pesar de todo, mucha gente lo da por hecho.
El robotito gracioso
¿Cómo vais a superar al R2-D2, el droide más adorable en la historia del cine?
—Mark Hamill
¿Que sería de Star Wars si no hubiera un robotito haciendo gracias? George Lucas no tuvo mayor ocurrencia que utilizar de nuevo a C3PO y R2D2, aunque fuera a costa de destrozar el argumento de las precuelas. Una vez más, había que dar alguna alternativa a los aficionados y sacar de donde sea un robot gracioso y simpático nuevo. ¿Había alguna forma geométrica que no había sido utilizada para un robot en Star Wars? Sí, al menos una: una pelota. Pues bien, ya está con nosotros BB-8, un nuevo robot con forma de balón de soccer —como le llaman al fútbol en EEUU— destinado a ser reproducido millones de veces en forma de juguetito.
Los nuevos Stormtrooper
Otro de los iniciales aciertos de George Lucas fue la estética escogida para las tropas del imperio. El uso del blanco —característico de su ópera prima THX—, y ese aspecto amenazador de cráneo futurista, han logrado que este sea uno de los iconos más reconocibles del universo de la franquicia galáctica. En esta ocasión apenas dejan ver entre destellos luminosos, a los nuevos y flamantes cascos de las famosas tropas imperiales, en lo que parece el típico caso de insinuar pero no mostrar, para que la curiosidad sea mayor. Por si queda alguna duda del deseo de anunciar todas las novedades posibles, se ha filtrado la noticia de que también veremos a una mujer entre las tropas.
Las armas
Los blaster de la saga clásica eran apenas poco más que un hierro pintado de negro. Esta vez se les ve, —poco, pero lo suficiente una vez más para estimular la curiosidad— dotadas de «vida», con indicadores numéricos —como las que vimos unos años después en Aliens: el regreso (James Cameron, 1986)— y emitiendo sonidos al ser activadas por las tropas. Los aficionados respiran tranquilos: «esto es nuevo».
De vuelta a ¿Tatooine?
Tal vez lo más «normal» de todo el trailer sea la aparición de un personaje montando en un transporte cuya estética —en cuanto a color— recuerda al landspeeder de Luke en Tattoine, pero mucho más basto. Como queriendo dejar bien claro que no es un vehículo de recreo, sino de granja, como en efecto, en la que él vivía. Las especulaciones sobre quien es el personaje son inevitables, y si no estoy equivocado, dicen que puede ser su hija . De lo que se trata en cualquier caso es crear expectación.
El majestuoso X-Wing
Si existe alguna astronave del universo de Star Wars que pueda hacerle sombra al Halcón Milenario es el X-Wing. Una de las más fabulosas naves de la ciencia-ficción que allá por los años 70 irrumpió en el imaginario colectivo rellenando un hueco que los platillos volantes o los cohetes tipo Flash Gordon, no lograban llenar: un caza de combate espacial librando épicas batallas en el espacio. Aquellos movimientos coordinados de escuadrones de combate maniobrando en el espacio pasaron a formar parte de la memoria cinematográfica de la sociedad.
Sin embargo, no aparece ni una escena espacial en el trailer. Pensemos por un momento, ¿que demonios hacen un escuadrón de cazas espaciales rozando espectacularmente el agua de una superficie acuática? No son unos simples aerodeslizadores como los de El Imperio Contrataca. Parece que con los años, las «imitaciones» que han venido después y las ultimas entregas de la saga, dejó de ser una novedad ver al X-Wing en el espacio haciendo las mismas piruetas vistas mil veces. Seguramente por eso se muestra a un escuadrón de Ala-X en un entorno poco habitual para un caza espacial: una biosfera. Naturalmente, habrá una explicación —eso espero— pero se podría decir que es una escena escogida para que cause un efecto sorpresa en el espectador.
El sable de luz triple
Pero de todas las novedades de las que venía cargado el nuevo trailer de Star Wars VII, el asunto «estrella» es sin lugar a dudas la nueva versión de una de las más impresionantes armas de ciencia-ficción de toda la galaxia: el sable de luz.
La verdad es que me sorprendió la reacción de la comunidad de aficionados al interpretar que era un sable con «triple» haz de plasma. En mi caso, lo primero que me vino a la mente fue que los haces laterales se trataban de una especie de escape de energía sobrante, o algo similar. No son haces de plasma definidos como en el resto de sables que hemos visto. La explicación habitual es que se trata de «guardas» o protecciones del sable frente a armas enemigas en combates frente a frente. La mayoría de espadas las llevan, aunque no suelen ser ofensivas, como lo serían en este caso. Y de serlo, suelen estar orientadas hacía adelante, no de manera que pueda ocasionar daño al propio caballero Jedi que empuña el arma. La cuestión es que es muy probable que haya toda una historia detrás de ese sable de luz que explique su configuración. Una explicación que tirará por tierra todas las especulaciones, criticas y alabanzas que han inundado la red al respecto.
Un juego en el que me temo, yo también he caído.
Un juego en el que me temo, yo también he caído.
[Publicado posteriormente en El Sitio de ciencia-ficción]
NOTA: originalmente se había indicado que «Stomtrooper» correspondía con su traducción literal «tropa de tormenta». Sin embargo, como me ha corregido Mario Moreno Cortina en la publicación de El Sitio de ciencia-ficción —enlace anterior— al parecer, su traducción correcta es «tropa de asalto», y así se ha corregido posteriormente.
NOTA: originalmente se había indicado que «Stomtrooper» correspondía con su traducción literal «tropa de tormenta». Sin embargo, como me ha corregido Mario Moreno Cortina en la publicación de El Sitio de ciencia-ficción —enlace anterior— al parecer, su traducción correcta es «tropa de asalto», y así se ha corregido posteriormente.