El planeta Tierra es nuestro hábitat natural y al mismo tiempo, es como una «gran estación espacial» que nos pasea por una región del universo conocida como Sistema Solar. Ya se han encontrado planetas similares al nuestro, y tal vez algún día en el futuro podamos aventurarnos a vivir en ellos o visitarlos. Esperemos que si llega ese día no sea por una excesiva necesidad, pero, ¿y si no queremos o no podemos volver a «colonizar» otro planeta?

Además de las dificultades a las que el género humano se enfrenta para encontrar un planeta compatible con nuestra forma de vida o la dificultad para llegar hasta ellos, se podrían considerar otros límites éticos como suponer trasladar un problema de superpoblación, contaminación y falta de recursos, a otro futuro e hipotético planeta virgen. 

Por estos motivos, se han especulado con otros hábitats artificiales que nos permitirían vivir en el espacio alejados de nuestro hogar natural, pero disfrutando de una vida lo más parecida a este. Bien de forma permanente y estática, o como naves generacionales para largos viajes a través del cosmos. Sin pretender profundizar en ellos y sólo con ánimo de recopilarlos en una única entrada, estos son los principales:

Esfera de Bernal (1929)

Interior de una «Esfera de Bernal».
Imagen: NASA/Wikipedia
Todo empezó en 1929 cuando el científico John Desmond Bernal (The World, the Flesh & the Devil) propuso como posible estación espacial, una esfera de unos 16 km de diámetro en cuyo interior se recrearía un hábitat terráqueo (zonas urbanas, agrícolas, etc).
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