Para no heredar continuamente la deuda que necesariamente se contrae cuando decides llamar a un blog de igual forma que un libro, como en este caso, he decidido cambiar el nombre del mismo por el que pueden comprobar en la cabecera: Al final de la eternidad.
El resto de direcciones, canales de suscripción, etc, queda exactamente igual. No he cambiado a otro nombre más diferente, para poder continuar con el resto de configuraciones como hasta ahora.
El homenaje y la inspiración (obviamente), continúan recayendo en la misma obra de Isaac Asimov. El resto trata, como siempre, de la ciencia-ficción.
Espero que les guste.