Logo de Batman 'estilo Matrix'
Foto: Go4mosaic
De la última mitad del S. XX podrían citarse varios estrenos que significaron un antes y después en el mundo del cine. Justo antes del fin de siglo pasado, destaca uno de ellos que bien entrado el actual, continúa vigente. Con Matrix (Hnos. Wachowski, 1999) cambió casi todo. Desde la forma de hacer las películas, hasta la propia concepción filosófica de la realidad y la consolidación del cyberpunk, circunstancias que habían sido iniciadas por Blade Runner (Ridley Scott, 1982), diecisiete años antes.

Sin embargo, un factor común a estos hitos cinematográficos es la incomprensión a la que se enfrentaron en sus respectivos procesos de producción iniciales. Afortunadamente para ellos, los éxitos posteriores hacen que todas aquellas dificultades se olviden, sin embargo, existe cierta duda sobre cuales fueron realmente los factores que las hicieron triunfar y llevarse el beneplácito del público.

En el caso de Blade Runner, los numerosos cambios de guión y el añadido de elementos como la voz en off, hizo que gran parte de su éxito inicial fuera por complacer a un público que lo identificó como cine policial negro. Concepto que si bien está presente en la estética del cyberpunk, ocultó la pretensión del guión inicial sobre crítica política y filosófica que caracteriza a este género y que a posteriori, es la que tras muchos años de sucesivas ediciones posteriores y director's cut, se ha consolidado entre sus fervorosos seguidores. Pero hay más ejemplos.

Las patadas voladoras

Matrix era conocida en la Warner Bros como «ese guión que no entiende nadie». Actores como Sean Connery rechazaron el papel por motivos similares. La productora no dio su aprobación final hasta comprobar la espectacularidad de los efectos especiales de la secuencia inicial, en donde se consumió el presupuesto de partida (Cinemania).

El resto de factores que caracterizan internamente a Matrix —un mundo virtual en donde habitan las conciencias secuestradas de la humanidad, y cómo un grupo de resistencia logra vulnerar las leyes físicas de esa recreación gracias a «hackear» su  conexión mental con él— que justifican los efectos especiales empleados, no parecían interesarles. De hecho, eran un obstáculo.

Fue la estética impactante la que logró que esta película saliera a la luz. ¿Fue también la razón de su éxito? Si tenemos en cuenta películas como Guardianes del Día (Timur Bekmambetov, 2004) o Resident Evil (Paul W. S. Anderson, 2002), por citar un par de ejemplos, se observa que la influencia que ha tenido posteriormente ha sido la de imitar las patadas voladoras o el tiempo bala, entre otros, sin apenas justificación argumental (Extracine). Por tanto, todo parece indicar que una mayoría se siente atraída por la mera estética, sin enterarse de que va la película.

El caballero «oscuro»

Una de las pocas sorpresas cinematográficas del S. XXI ha sido proporcionada por el boom del cine de superhéroes. Un primer intento fue Spiderman (Sam Raimi, 2002) que se apagó por culpa de una tercera parte fallida, según dicen algunos. Poco después, el artífice de Memento (Christopher Nolan, 2000) nos presentó en Batman Begins (2005) una versión del Hombre Murciélago totalmente inédita en la pantalla.

De una manera u otra, Nolan logró que una película de superhéroes influyera en el panorama cinematográfico en general y al de entretenimiento en particular, como poca gente se esperaba. Por un lado, ha supuesto el definitivo salto de los superhéroes al medio cinematográfico, y por otro, ha generado una línea en la ciencia-ficción cuya principal seña es «la oscuridad».

Ahora bien, ¿en qué consiste realmente la aportación de Nolan? ¿se trata simplemente de que sus historias tengan un aire «oscuro»? En mi opinión, la innovación del director londinense ha sido la de adaptar como no se había logrado antes, historias con un lenguaje y caricaturización propias de un medio diferente como el del cómic, al relativamente mayor realismo y verosimilitud características del mundo del cine.

Sin embargo, se observa en recientes producciones como Star Trek en la oscuridad (J.J. Abrams, 2013) o Thor y el mundo oscuro (Alan Taylor, 2013), cómo se apresuran a autoetiquetarse en el título de forma evidente y algo forzada, sin que sea realmente necesario por el argumento. Otro caso podría ser Stargate Universe (Brad Wright-Robert C. Cooper, 2009), que parece imitar la «oscuridad» también presente en la Galactica Reimaginada (Ron Moore, 2003).

Cuando se habla de Nolan, se habla de historias «oscuras», pero pocos reparan en la justificación de dicho elemento, que en el caso de Batman es doble: por su propia idiosincrasia, y por otro, por el arquetipo mítico del héroe: tragedia y una continua lucha interior contra los mismos miedos que le transforman en lo que acaba siendo.

Enlaces


[Publicado posteriormente en el blog Planetas Prohibidos]

5 comments:



) Elwin Álvarez Fuentes dijo...

Como siempre, amigo, tus puntos de vista resultan tanto interesantes, como originales. Estoy de acuerdo contigo en los títulos que nombras a la hora de marcar un referente para el cine que vino después. No obstante por mucho que me fascine la trilogía de Batman hecha por Nolan, considero con las versiones cinematográficas de cómics en tono adulto, hace rato que ya habían obtenido su consolidación (pero lo que hizo el rubio director, fue entregarle una espectacularidad y dramatismo como quizás nunca antes se había visto).



) Lino Moinelo dijo...

Claro Elwin. No pretendía colocar por encima las versiones cinematográficas de Nolan sobre las excepcionales obras de Fran Miller o Alan Moore. Nada más lejos de mi intención. Lo que deseaba señalar es que las obras del cómic están hechas con el lenguaje característico y simbólico del medio en el que se publican. Nolan, al contrario que otros productores, lo que hizo fue trasladar una historia equivalente a otro medio distinto como el cinematográfico, con su lenguaje, su realismo y sus características específicas propias. Eso dio como resultado lo que tu nos indicas, una historia sobre el Hombre Murciélago que nunca antes se había visto en la gran pantalla. Incido en lo de la "gran pantalla", ya que como nos recuerdas, Batman en el cómic ya había alcanzado las mayores cotas de madurez y calidad que se podían esperar.

Gracias por la visita y saludos



) Lino Moinelo dijo...

Disculpa Elwin, puede que no te haya entendido esta frase "considero con las versiones cinematográficas de cómics en tono adulto". ¿Te refieres a las de Tim Burton? Bueno, creo que este director se decanta por todo lo gótico y lo que hizo fue "trasladar" una misma historia y una misma estética de su gusto coincidente con la del cómic a la gran pantalla (además que no las considero muy de "tono adulto"). Pero la aportación de Nolan fue distinta y muy superior, por los motivos que te he comentado.
:-)
Saludos



) Elwin Álvarez Fuentes dijo...

Estimado Lino, cuando ,me refiero a pelis de cómics de temática adulta. estoy haciendo referencia a filmes que necesariamente no son los de Batman. Esto es filmes tales como "El Castigador" (segunda versión), "Daredevil", "Hombres Misteriosos" y muchas más que en estos momentos se me van de la memoria. Y si en materia de filmes de superhéroes se trata, te invito a leer mis siguientes textos: http://elcubildelciclope.blogspot.com/2012/07/un-nuevo-spiderman.html , http://elcubildelciclope.blogspot.com/2012/05/solo-marvel-se-moja-el-potito.html y http://elcubildelciclope.blogspot.com/2012/09/se-cierra-el-circulo_1.html La verdad es que he escrito harto en el blog acerca de este tipo de cine, no obstante creo que estos tres textos definen muy bien mi postura al respecto.



) Lino Moinelo dijo...

Hola Elwin. Mi discrepancia fundamental se encuentra en esta frase: "No obstante por mucho que me fascine la trilogía de Batman hecha por Nolan, considero con las versiones cinematográficas de cómics en tono adulto, hace rato que ya habían obtenido su consolidación"
Parto de la base, que considero comúnmente aceptada y que he asumido como cierta, que antes de la trilogía de Nolan, la mayoría de películas anteriores de superhéroes en la gran pantalla fueron intentos fallidos. Se podría poner las excepciones del Superman de Donner, o el Spiderman de Sam Ramy, pero ninguno de los dos casos logró "cerrar el círculo" con éxito. Superman fue un éxito muy concreto de dos películas, y Spiderman se perdió en la tercera. No fue hasta Nolan cuando el mundo cinematográfico se dio cuenta de cómo debían adaptar una historia de este tipo sin pretender "copiar" como sea la estética de cómic en una pantalla cinematográfica, algo que en el fondo, no tiene sentido. Una cosa es buscar nuevas maneras de atraer a los "fans" de superhéroes a la gran pantalla haciéndolos pasar "por caja", dejando de lado la calidad artística, y otra es hacer una PELÍCULA, es decir, una obra artística (por lo tanto dirigida a todo el público) que consiste es ser fieles a su propio lenguaje. Esto y solo esto último es lo que hizo Nolan. De hecho, he sido críticas durísimas a este director precisamente por su trabajo como tal en Batman, aunque creo que son detalles técnicos que la mayoría de aficionados pasamos por alto.

Por cierto, mi superhéroe preferido es Spiderman, así que no es por favoritismo ;-)

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